Vivimos unos tiempos en los que cualquier pequeño ahorrador puede tener acceso a los mismo productos financieros que las grandes corporaciones, empresas y fondos de inversión.
Lejos han quedado –afortunadamente- los tiempos en que un ciudadano de a pie apenas podía invertir en aquellos productos que comercializaban los bancos: depósitos o imposiciones a plazo fijo, compra de acciones de commodities o inversiones en mercado secundario con estructuras complejas y cuya rentabilidad no siempre era la deseada.
Ahora, desde casa, se puede acceder a acciones cotizadas en cualquier mercado internacional, opciones y futuros, se puede operar en forex o incluso comprar criptomonedas. Y todo a un clic. Lo cierto es que entornos como Hispamarkets, bróker online tienen parte del mérito. Gracias a ello, podemos conseguir rentabilidades que hasta hace relativamente poco parecían imposibles con pequeñas inversiones.
Hay que dedicar tiempo, paciencia y atención para aprender cómo se opera en cada mercado. Y sobre todo para saber cómo hay que repartir nuestro dinero de tal manera que, a final de año, nuestro saldo sea superior al de principio del ejercicio.
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Cómo diversificar la cartera
La diversificación es fundamental para poder maximizar nuestra rentabilidad, minimizando nuestro riesgo. Este axioma, uno de los más importantes cuando se habla de finanzas, nos va a llevar a repartir nuestros saldos entre varios productos. Para ello hemos de conocer a la perfección nuestro perfil de riesgo.
La primera pregunta que tenemos que hacernos es si somos conservadores o propensos al riesgo. Está claro que si no nos gusta vivir en el filo de la navaja, tendremos que buscar productos tranquilos, que no tengan demasiada volatilidad. Así, nuestras inversiones deberán girar en torno a acciones que paguen buenos dividendos anuales, y letras y bonos del Estado, con un riesgo muy mitigado.
Si en cambio sí somos propensos a asumir la volatilidad, tendremos que diseñar una cartera acorde, incluyendo productos que en el corto plazo ofrezcan fuertes variaciones, y en los que tendremos que estar muy atentos para hacernos con los cambios de tendencia: el mercado de divisas, conocido comúnmente con Forex, es una opción magnífica. Combinada con otros productos como las opciones y futuros sobre materias primas, podemos estar hablando de ganancias de dos dígitos a final de año.
No obstante, siguiendo los patrones de la cartera de Markowitz, uno de los economistas más importantes del siglo XX, habría que combinar estos productos con los de poco riesgo, en tal porcentaje que la suma total de las ganancias –y restando las pérdidas que podamos asumir- nos dé una rentabilidad media acorde a nuestras exigencias.
Otra decisión a tener en cuenta en este diseño de la cartera será la de si operar en el corto plazo o en el largo plazo. Partiendo de la premisa de que en cualquier plataforma online el abanico de productos es casi infinito, hemos de ser nosotros mismos los que decidamos si queremos estar atentos cada mañana a la evolución de nuestro dinero, o preferimos la tranquilidad de tener que mirarlo de manera recurrente una vez cada quince días.