En tiempos antiguos cuando las personas deseaban comer, tenían que acudir a la única bodega o restaurante del pueblo, sin tener en realidad opciones. Ahora, hay un exceso de oferta, se puede elegir literalmente entre cientos de ellas. Y ¿cómo podría un negocio en la industria alimenticia destacar sobre la competencia en esta situación? Pues asimilando, y anunciando que sigue las regulaciones ISO 9001/22000.
Pero ¿qué es esta misteriosa combinación de letras y números? Simplemente es el acrónimo, en inglés, para la Organización Internacional de Estandarización, que está formada por muchas entidades de este mismo tipo y función en 164 países. Tienen la misión de crear una serie de lineamientos, para certificar la máxima calidad, inocuidad y seguridad en los productos y servicios que supervisan.
Para las empresas esto significa que pueden entrar con paso firme a un mercado competitivo, con buen conocimiento sobre las exigencias del mismo, aprendiendo de una vez las mejores técnicas para aumentar la producción, sin elevar los costes y con una asesoría constante.
Para los clientes esto es un sello de confianza, ya que al estar tantas entidades cobijadas bajo las mismas normas, pueden sentirse seguros de que todo lo que consuman será de la más alta calidad, que su dinero está bien invertido y todas las precauciones han sido tomadas para garantizarles la salud y el bienestar.
Para una empresa acatar estas normas es parecido a ir a la universidad: tienen que inscribirse, reciben un manual con pasos a seguir, formulan los planes de estudio y definen que áreas quieren abarcar exactamente. Luego deben establecer las políticas que les guiarán y estudiar las materias del ambiente laboral, la infraestructura y los recursos humanos. Para después pasar pruebas prácticas sobre cómo proveer el servicio al cliente
Al final, los resultados que se han ido midiendo son analizados, en una búsqueda constante de mejorar cada aspecto posible, y por supuesto, implantar dichas sugerencias. Y para mantenerse seguros a lo largo del tiempo, se lleva a cabo una evaluación anual.
El éxito del sistema ISO 9001/22000 es su simplicidad, que le permite adaptarse y optimizar cualquier empresa u organización, que aspire a alcanzar su máximo potencial.