Sin duda, el comercio internacional ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años y esta tendencia, lejos de llegar a su techo, aún está en su pleno auge y desarrollo. Esta realidad, que ha influido, influye e influirá en tantos aspectos de la vida, también ha influido decisivamente en la transformación de la exportación marítima internacional.
Una exportación marítima internacional que, más allá de su transformación en el tiempo, encuentra en los puertos peninsulares algunos de los puertos que sirven de mayor plataforma mundial para el desarrollo de este tipo de comercio y que se convierten en algunos de los principales del mundo en lo que a mercancías que por vía marítima se transportan.
Y ¿cuál es el motivo por el que los puertos peninsulares son algunos de los puertos más importantes del mundo para el tránsito internacional de mercancías (además de por supuesto en muchos casos en el transporte de viajeros)? La respuesta tiene distintas repuestas, pero tres piezas clave:
En primer lugar, los puertos peninsulares ibéricos son una excelente plataforma por su particular situación geográfica, una situación geográfica que les convierte en una excepcional puerta de entrada (y viceversa) a Europa de todo tipo de productos asiáticos y del continente americano, especialmente en su parte central y sur.
En segundo lugar, esta situación geográfica que impulsa estos corredores va unida a una cierta cercanía cultural e idiomática con todos los países de habla hispana, lo que propicia que el flujo de comercio internacional entre ambas zonas del planeta sea más elevado y en consecuencia que se eleven las necesidades de transporte marítimo.
Y finalmente, existe un factor no menos importante que se une a los otros dos: la capacidad logística, el nivel de instalaciones e infraestructuras y los menores costes en muchas ocasiones que otras coetáneas a las plataformas ibéricas.