Las tecnologías que se han desarrollado para la fabricación de envases PET abrieron las puertas de la evolución en materia de envasado. Y es que las ventajas que se obtienen de este material superan las expectativas del pasado, cuando apenas se esperaba crear un material que fuera más sustentable para el mercado.
Hoy en día, es posible afirmar que el PET, en comparación con otros recursos (el vidrio o el cartón), posee grandes ventajas que valen la pena aprovechar, como la resistencia a posibles roturas en el traslado; mayor soporte de la presión interna, logrando almacenar sustancias con alto contenido en gas; ligereza y permeabilidad; y, a nivel estético, tiene un brillo superior y una transparencia que aporta credibilidad.
Con este elemento se presentó ciertas posibilidades que favorecen a nuevos sectores. Por ejemplo, los fabricantes de objetos promocionales cuentan con la oportunidad de disminuir los costes de producción, incentivar el reciclaje y garantizar un obsequio de primera calidad a los potenciales consumidores.
Por otro lado, ha logrado evolucionar hacia una tendencia que marcó un hito entre los clientes: la ingesta de bebidas naturales y livianas y finamente gasificadas, como es el caso de las aguas con sabor. De esta forma, avanza en la conquista de un nicho conformado por gente joven, que apuesta por otras alternativas.
Asimismo, las aguas minerales se dirigen a propuestas con líquidos especiales, caracterizados por tener un mínimo nivel de sodio, vitaminas, antioxidantes o hidratantes para uso deportivos. Esto significa que alcanzó un plano diferente para demostrar el crecimiento evidente.
Este poder se obtuvo con los avances tecnológicos que permitieron afinar los procesos de inyección y soplado, los cuales sirvieron para agregarle propiedades adicionales al plástico para que soporte bebidas completamente distintas a las tradicionales. En consecuencia, los inversores se sienten atraídos por este recurso.
Un beneficio para la naturaleza
El uso efímero que se le da a las botellas de plástico causa contradicciones con los largos años que tardan estas en degradarse. Bajo este contexto, el tereftalato de polietileno resulta una opción maravillosa para contribuir con el planeta, ya que su composición física no contiene ingredientes tóxicos y es 100% reciclable.
El procedimiento para poder reutilizarlo de nuevo, pasa por un largo camino que va desde la recolección de envases, la clasificación global por peso y color, hasta su compresión con una máquina especializada. Posteriormente, se ofrece a las fábricas que requieren de este material para elaborar otros productos.
Evidentemente, los retos que propone el reciclaje del PET se convertirán en oportunidad en un mañana. Mientras tanto, los productores tienen delante de ellos un planteamiento que solo les dejará beneficios en todos los sentidos, sin olvidar lo importante que es conservar el medio ambiente en la actualidad.